lunes, 30 de octubre de 2017

LA BRUJA QUE SOY

Soy la que estorbo, la que no encaja en vuestro mundo, la que no está subordinada, la que resiste y avanza, la transgresora, la dueña de su vida, la que busca la sabiduría.

Soy la que os reta a que escribáis mis blasfemias sin que os tiemble la mano, la que se transforma en lobo y sale cada noche a perturbar vuestro sueño.

Soy la que expulsasteis de las iglesias y plazas, la que pone en peligro vuestro nuevo orden social y conjura para destruir vuestras cosechas.

Soy la maga, la curandera, la que filtreo con los hongos que me permiten volar, la que cura a vuestras esposas, vuestras madres y vuestras hijas, yo soy la médica, la sanadora.

Soy la que se burla de tu ángel caído y de tu demonio cristiano mientras saluda a los dioses paganos desde el aquelarre.

Soy la inmoral, la obscena, la promiscua, la caníbal.

Soy la feminista, la autosuficiente, la que no podéis explotar.

Soy la rara, la fea, la extravagante, la diabólica, la pecadora, la malvada, la vieja, la guapa, la puta.

Soy la insumisa, la poderosa, la que mantiene un trato sexual con el diablo lejos de vuestros sucios burdeles.

Soy la que controla su cuerpo y su reproducción, la que amenaza vuestra estabilidad económica.

Soy la que adora al cielo y a los bosques, la observadora de estrellas, la que baila desnuda bajo la luz de la luna, la que experimenta con plantas, la que ama la vida y la naturaleza, la que come frutos del bosque en lugar de hostias sagradas.

Soy la que escapó de vuestros crímenes, de vuestras aterradoras sentencias.

Sí miradme, ¿no me reconocéis? Soy la descendiente de aquella bruja que no pudisteis quemar.

(Dedicado a todas las brujas del mundo)