domingo, 10 de mayo de 2015

LSD. ALTERACIÓN QUÍMICA DE LA CONCIENCIA Y EXPERIENCIA MÍSTICA

Albert Hofmann, químico suizo, sintetizó por primera vez el LSD el 16 de noviembre de 1938 durante un programa de investigación dirigido a encontrar  los usos medicinales de alcaloides del grupo ergolina, que se encuentran presentes en el cornezuelo del centeno; las propiedades psicodélicas la descubrió en 1943 siguiendo “un presentimiento”.
Empezó a utilizarse a nivel terapéutico hasta 1962, cuando el congreso de Estados Unidos catalogó al LSD como droga experimental prohibiendo su uso clínico, en 1966 los laboratorios Sandoz dejaron de comercializarla.
La ilegalización del LSD dio lugar a un uso creciente entre la juventud estadounidense y la  experiencia psicodélica se convirtió en uno de los rasgos de identidad del movimiento hippie. En 2008 se reanudó la investigación clínica sobre los efectos terapéuticos del fármaco y actualmente, se desarrollan dos investigaciones en este sentido en Suiza y California.
Experiencia y descubrimiento de Hofmann
Cuando estaba trabajando con el compuesto Hofmann se sintió mareado, en su diario escribió que abandonó el laboratorio y partió a su casa, afectado por “una notable inquietud, combinada con un ligero mareo”; indica que mientras reposaba cayó en un "estado similar a la ebriedad", no desagradable, con una estimulación extraordinaria de la imaginación. En un estado similar al ensueño, con los ojos cerrados contemplaba series ininterrumpidas de “imágenes fantásticas, formas extraordinarias con patrones de colores intensos, caleidoscópicos”. El estado duró unas dos horas y remitió después. Hofmann pensó que estos efectos se debían a que había absorbido accidentalmente una pequeña cantidad de LSD-25 por vía cutánea.
Días después, tomó una dosis mucho mayor para poner a prueba sus efectos; este día pasó a ser conocido más tarde como "el día de la bicicleta".
El Día de la Bicicleta
El 19 de abril de 1943 el doctor Hofmann ingirió a propósito 250 µg de LSD, por su experiencia pensó que podría ser la dosis mínima, posteriormente descubrió que la sustancia tenía una potencia superior a la de casi cualquier otra conocida en la época, por lo que la dosis que se administró era en realidad superior a la que más tarde se aconsejó para fines terapéuticos.
Tras la ingestión sintió que le costaba hablar de forma inteligible y decidió ir a su casa en bicicleta ya que no había automóviles disponibles. Durante el viaje, el estado de Hofmann se agravó, y en su diario escribió que “todo lo que había en su campo de visión ondulaba, distorsionado como una imagen en un espejo cóncavo”, tuvo la sensación de que permanecía inmóvil aunque iba avanzando Cuando llegó a su casa, llamó al médico y pidió leche a su asistenta, que se tomo con total lucidez a pesar de su estado delirante. El médico, no encontró ningún síntoma físico anormal, salvo las pupilas extremadamente dilatadas. En ese momento estaba aterrorizado, pensando que había enloquecido por completo, que su asistenta “era una bruja y que el mobiliario de su casa le amenazaba”.
En su diario, Hofmann refiere que decidieron no medicarlo y enviarlo a la cama. Una vez acostado, el pánico comenzó a dar paso a una sensación de tranquilidad, paz y prosperidad. Los colores y juegos de formas que veía con los ojos cerrados le resultaban ahora placenteros, eran “imágenes fantásticas que surgían, alternándose unas tras otras, abriéndose y cerrándose en círculos y espirales para después explotar en fuentes de color, y comenzar de nuevo, en un flujo incesante”; las impresiones acústicas (como el ruido de un automóvil que pasaba) se transformaban en imágenes. Finalmente se quedó dormido y despertó al día siguiente fresco y con la mente clara. Desayunó con una “sensación de bienestar y vida renovada”, mientras caminaba notó que todos sus sentidos “vibraban con una sensibilidad superior, que duró durante todo el día”.
“LSD: My Problem Child” (LSD: Mi Hijo Problemático) es un libro que Hofmann escribió como un análisis retrospectivo después de casi cuarenta años de su descubrimiento fortuito de este psicoactivo.
Hofmann nunca entendió el sentido ni la utilización que se dio a su descubrimiento y se sorprendió de los impredecibles efectos y de la popularidad que el LSD alcanzó en los años sesenta, lo cual adjudica al materialista estilo de vida estadounidense y a los sentimientos de alineación resultantes. A lo largo del texto se sorprende de estas consecuencias, asegurando que su descubrimiento podía explicar la aparición de una filosofía de vida fundamentada en el uso de drogas que facilitasen una “interiorización” necesaria para ir más allá de las realidades cotidianas. Defiende la utilidad potencial de esta droga afirmando que si se aprendiera a usarla dentro de la práctica médica, en asociación con la meditación, podía llegar a ser una “criatura maravillosa” en lugar de la “criatura problemática” que ha sido hasta ahora. Hofmann dedica un capítulo completo del libro a rechazar el uso inadecuado diciendo tajantemente que: “Hay muchas personas incapaces por constitución o formación de asimilar provechosamente este tipo de experiencia”.
En su excelente libro “Mundo interior, mundo exterior”, aborda el interesante tema de la realidad material y la realidad del espíritu, declarándose “incapaz de superar el dualismo, la idea de que el hombre es el dueño de la naturaleza y puede hacer lo que le plazca con ella y todas las ideas que nos impiden apreciar la unidad esencial de la Vida que hoy nos tiene sumidos en una crisis profunda y potencialmente destructiva si no cambiamos de dirección”. Este cambio en su opinión, puede traerlo “la experiencia mística” que tiene la fuerza suficiente para conmovernos y darnos impulso para modificar nuestra realidad”. Y para alcanzar la experiencia mística propone dos medios: la meditación en cualquiera de sus muchas técnicas probadas por el hombre a lo largo de su búsqueda, o la alteración química de la conciencia. Ambas vías le parecen a Hofmann útiles y positivas, y asegura que no son excluyentes sino complementarias.
Nos habla del cerebro como un sintonizador de la realidad que puede captar varios canales de diferentes realidades y la experiencia de unidad con la divinidad es uno de esos canales; elaboró la teoría, más tarde comprobada científicamente que se puede producir experiencias místicas o espirituales cambiando la configuración química del cerebro.Los ensayos científicos realizados hasta el momento demuestran que el LSD no produce adicción y no es tóxico.
Efectos
Los efectos del LSD en la psique humana son variables y dependen del contexto y de la situación mental en que se encuentre el individuo que la consume.
Según las investigaciones llevadas por el Mental Research Institute (un departamento del Medical Research Institute de California) los efectos psicológicos del LSD se pueden entenderse en niveles distintos.
En el estado de ánimo
Ø  Susceptibilidad emocional que puede llevar tanto a la tristeza intensa como a la euforia.
Ø  Sentimientos de euforia y bienestar que pueden llegar a la omnipotencia.
Ø Descenso de los niveles de ansiedad que puede permitir al individuo hablar de temas que normalmente le son dolorosos o difíciles de afrontar.
Ø  Los eventos que suceden en el momento inmediato pierden interés los eventos del futuro y del pasado.
En comportamiento interpersonal
Ø Mayor interés por las relaciones interpersonales, facilidad para sentirse herido por los demás o ignorado.
Ø Mayor sensibilidad a los estímulos sonoros y visuales en general.
Ø Distorsiones visuales y de la imagen corporal
Ø Sinestesia de todo tipo: música que produce visiones, imágenes visuales que producen olores. El percibir sensaciones gustativas al tocar un objeto con una textura determinada, oír colores o ver sonidos, no es que se tenga la sensación de sentirlo, es que se sienten realmente.
Alteración de la percepción del tiempo, por ejemplo, sentir que el tiempo se detiene, o que el tiempo va hacia atrás o que se acelera; es decir percepción alterada del mundo externo.
Efectos cognitivos
Ø Estimula los procesos del pensamiento, ocasionando el paso acelerado de una idea a otra dando lugar a impulsos creativos.
Experiencias espirituales
Ø  El LSD tiende a producir sentimientos de comprender la vida y la existencia y de unidad con el entorno
ØTendencia a pensar en términos existenciales. Este efecto se ha registrado en tratados científicos y se interpreta como el resultado de la combinación de efectos cognitivos y emocionales.

Algunas personas experimentan escenas retrospectivas (flashbacks), recurrencias de ciertos aspectos de la experiencia psicodélica que tienen lugar sin que el usuario haya tomado de nuevo la droga. Estas recurrencias ocurren súbitamente, sin aviso previo, y puede tener lugar varios días o más de un año después de haber usado LSD. Las escenas retrospectivas pueden ocurrir tanto en personas con un problema subyacente de personalidad como en personas sanas que ocasionalmente usan LSD.
El LSD no deja secuelas que puedan ser apreciables en electroencefalogramas, ni en resonancias magnéticas, ni en pruebas neurológicas puntuales. La investigación tampoco ha corroborado el supuesto deterioro del material genético.

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