La forma abreviada de expresar
estados emocionales (emoticonos), que insertamos en los correos electrónicos,
redes sociales y WhatsApp, son interpretados y tienen efecto en nuestro cerebro
que revelan aspectos interesantes acerca de la forma en que percibimos las
expresiones faciales.
Pero, ¿Cómo afecta este nuevo lenguaje digital y no verbal
a nuestro cerebro?
El sorprendente
cambio de la actividad cerebral
En muchas ocasiones, cuando escribimos un mensaje sms o
whatsapp etc. pensamos que éste se puede interpretar de muchas maneras, para
mostrar que va en serio o es una broma, finalizamos con un emoticono; otras
veces expresamos nuestro estado simplemente con el emoticono sin acompañarlo de
texto alguno. En líneas generales prestamos más atención a las
caras que al mensaje ya que en realidad lo que perseguimos es saber la emoción o la intención con la que se
escribe un texto.
Las investigaciones que veremos a continuación concluyen
que nuestro cerebro percibe estas caras como si fuesen reales por lo que hemos
de ser conscientes que al emplear el emoticono en un mensaje, no solo estamos
introduciendo “un símbolo más o menos
gracioso”, sino que estamos expresando
emociones y así lo percibe el cerebro del interlocutor.
De igual forma estos estudios demuestran que
el uso de emoticonos como caras sonrientes y tristes, está cambiando en pocos
años la forma en que funciona nuestro
cerebro.
Solo con el uso de emoticonos
podemos manejar las conversaciones, crear empatía en incluso resolver problemas.
Diferente manera de interpretar la misma conversación con el empleo de emoticonos |
Antes de 1982, no existía ninguna respuesta neuronal innata en los bebés recién nacidos, no había ninguna razón para que símbolos como :-) activaran las áreas sensibles de la corteza cerebral, sin embargo la nueva forma de comunicación con el empleo frecuente de emoticonos ha cambiado, en poco tiempo, la forma de funcionamiento de nuestro cerebro, adaptándose a una nueva manera de procesar los rostros y produciendo un nuevo patrón de actividad cerebral para descodificar el nuevo lenguaje.
Como podremos comprobar emplear emoticonos para comunicarnos
podría cambiar nuestra actitud o decisión de una manera inesperada ya que
tienen un sorprendente efecto siendo incluso capaces de cambiar nuestras
emociones.
El origen del sistema tiene lugar, como la mayoría de los inventos, en
la necesidad de solventar un problema; en este caso el acercamiento de la
escritura no solo al lenguaje oral,
donde el tono de voz se completa con los gestos y la expresión de la cara, sino
también al estado de ánimo, si se habla en serio o no, o las intenciones.
Existen antecedentes documentados
de su origen, como es el uso en 1857 del número 73 en Código Morse para
expresar "amor y besos". En 1912 Ambrose Bierce propuso
una "mejora de la puntuación, el
punto de sonrisa": escribiendo ___/!
que representaría una boca
sonriendo; se debía usar añadiendo el signo de punto (o exclamación) en cada
expresión humorística o irónica.
El primer uso documentado de ":-)" se remonta a 1982 cuando Scott Fahlman,
director de la comunidad virtual "Computer Science" de la Universidad
Carnegie Mellon, sugirió un nuevo sistema de comunicación para evitar
ambigüedades; propuso al resto de miembros de la comunidad que usaran la
expresión :-) para bromear o :-( para indicar que se habla en serio, y así
evitar los malentendidos que se producían cuando se quería expresar ironía o
sarcasmo.
El sistema se expandió por otras universidades y centros de
investigación hasta convertirse en un lenguaje popular en las redes de comunicación universitarias. Posteriormente, Microsoft, AOL o Yahoo! lo
copiarían, para completar sus programas de mensajería instantánea.
Al igual que los idiomas, las
distintas culturas emplean estos signos de manera diferente, mientras en
occidente la sonrisa se expresa :-)
y el giño ;-) en muchos países
asiáticos una cara sonriente es (^_^)
y el guiño (^_~).
Ya que la mayoría de los
smartphones tienen su origen o hacen referencia a la cultura japonesa, en ocasiones se producen errores de interpretación, y la mayoría lo utilizan sin saber su significado real.
La sonriente cara amarilla consiguió la popularidad
suficiente para convertirse en el actual sistema de comunicación universal.
Percepción de
los rostros en el cerebro
El cerebro humano posee áreas especializadas para la lectura
de los rostros. Pero no es tan simple, el procesamiento en el
cerebro se hace como “suma de las partes”, es decir,
primero se deben procesar los componentes individuales (boca, nariz, ojos,
cejas, orejas, etc.) y después se agrupan en un solo. Pero además de estas áreas, se requiere de la interconexión de distintas redes neuronales para interpretar otros aspectos, si se trata
de alguien conocido, su nombre, etc., es decir asociarlo a memorias
emocionales.
Todos hemos experimentado encontrarnos con alguna persona,
recordar su cara perfectamente pero ser incapaz de recordar su nombre. Esto se
debe a que para el cerebro es sencillo recordar rostros, algo que fue fundamental para nuestra supervivencia, sin
embargo los nombres nos cuestan más debido a que el lenguaje es una función más reciente y para relacionarlo con la
cara hemos de asociarlos a otras características que lleva más tiempo de
activación neuronal.
El cerebro y la
lectura de emoticonos
Las últimas investigaciones han sido realizadas por Dr
Owen Churches del departamento de Cognición y Cerebro de la Escuela de
Psicología de
la Universidad Flinders en Adelaida (Australia) y están publicadas por la
revista científica Social Neuroscience.
En el estudio, mediante electrofisiología aplicada a
20 personas adultas, se midieron los cambios registrados en la actividad
electroencefalográfica tras presentar un estímulo, que sirven como marcadores
neurofisiológicos en tiempo real. Se presentaron a los participantes fotografías
de rostros reales, símbolos de puntuación :-) y caras de emoticonos 😐. Se
comprobó que sorprendentemente el
cerebro humano reacciona exactamente igual ante un rostro real que ante estos símbolos
y emoticonos.
En el hemicerebro derecho, se procesan las expresiones faciales y
situaciones de la vida diaria, por lo tanto, se mueven en la esfera de la comunicación no verbal, y se analizan
en el cerebro de forma general o global. La
comunicación verbal (hablada, leída y escrita) se procesa predominantemente
en el hemicerebro izquierdo, y se
analiza de forma secuencial y específica.
El cerebro reconoce los
emoticonos como lo haría con una expresión facial porque, al ver los caracteres
:-) 😐, hace
un reconocimiento global (cerebro derecho) y lo interpreta como un todo
(símbolo humanoide) y en las regiones occipito-temporales y en la amígdala se
da el reconocimiento de un rostro de forma instantánea.
Lo interesante de esta
comunicación digital es que combina la comunicación verbal y no verbal de una
manera utilitaria.
Los resultados mostraron que al
presentar frases enriquecidas con emoticonos se activaban los giros frontales
inferiores derecho e izquierdo, implicados en el procesamiento de información
verbal y no verbal.
Las caras invertidas
La corteza occipito-temporal y la
señal N170 (que mide la respuesta ante factores externos) se activa igual ante
rostros humanos que ante signos representados en el orden habitual :-), o
emoticonos de caras frontales 😐. Sin embargo, no
ocurre lo mismo cuando el símbolo aparecía al revés (-:, o la cara volteada
Al invertir los caracteres el
cerebro los interpreta de forma individual y no integra un rostro de forma
rápida.
Si la cara está al revés, hay una
reacción cerebral específica para reconocer que esa no es la posición natural. Es
decir, los emoticonos escritos de forma “normal” si se interpretan, pero si se
escriben a la inversa, la reacción cerebral no es la misma que al ver un rostro
real al revés.
Es decir, las caras se perciben
debido a su configuración, es decir, la disposición canónica de dos ojos por
encima de una nariz, que está por encima de una boca, pero cuando las caras son
al revés, esta disposición se interrumpe y la percepción de la cara se concibe
como símbolos individuales de los ojos, la nariz y la boca; esta diferencia en
el procesamiento crea una característica " efecto de inversión " en
la actividad eléctrica registrada desde el cerebro.
La conclusión que sacó el Dr.
Churches, es que los seres humanos hemos desarrollado una forma de leer un rostro de la
misma manera que un emoticono, pero no su inversa.
La cara invertida es uno de los
emoticonos más utilizado por adolescente, el significado asignado es el de "hacer el tonto", aunque también se emplea como sarcasmo e ironía. Al no ser
reconocidas por el cerebro como caras, estos emoticonos no producen ningún tipo
de emoción en el interlocutor; hemos de ser conscientes que al utilizarlos, en
el mejor de los casos provocaremos confusión.
Otro aspecto significativo de la
investigación, es el concerniente al emoticono y signo de la cara sonriente. Las
´caritas felices´ colocan en el pensamiento receptor la misma emoción que el gesto representaría en el rostro humano, dejan
de ser ´caritas felices´ para convertirse en un mensaje real de: ”estoy
contento”, “me agrada”, “estoy feliz”, “sonrío”. Es el mayor representante de
la comunicación verbal, escrita y emocional. . Los rostros sonrientes al
activar el circuito de recompensa cerebral y liberar dopamina producen que
estos sean más fáciles de recordar, ya que también el hipocampo ―un área relacionada con la memoria― presenta mayor actividad.
Conclusiones
El alcance de los estudios demuestran que hasta hace
unos años no existía razón alguna para que un signo o un emoticono activara las
regiones sensibles del rostro en la corteza cerebral, pero ahora lo hace porque
hemos aprendido que representa una cara; es decir, se trata de una respuesta neuronal creada por la cultura.
Los emoticonos son una nueva forma de lenguaje que
hemos asumido de tal manera, se ha empezado a desarrollar un nuevo patrón de
actividad en el cerebro para poder descodificarlo. Se trata de una
importante señal de que el cerebro humano ha evolucionado y se ha adaptado,
traduciendo a nivel neurológico un nuevo
fenómeno cultural y de lenguaje, que ya es parte imprescindible de la
comunicación.
Como conclusión, los emoticonos
son capaces de complementar la comunicación digital al igual que en la vida
real lo hacemos con nuestras caras, manos, brazos y con la misma importancia; transmiten
emociones complejas y relevantes que las palabras por sí mismas no pueden.
En el futuro pueden que sean más elaborados e incluso capaces de captar nuestra propia apariencia, lenguaje corporal o tono de voz para convertirse en auténticos representantes de nuestra figura.
En resumen, enviar mensajes con emoticonos no debemos de olvidar algunas de sus principales propiedades:
- No solo estamos introduciendo “un símbolo”, sino que estamos expresando emociones y así lo percibe el cerebro del interlocutor; tienen el sorprendente efecto de cambiar las emociones de la persona que los recibe. Incluso pueden influir en la toma de decisiones.
- Provocan una actividad cerebral similar a la generada cuando observamos un rostro humano real
- Un saludo expresado mediante “caras sonrientes”, “besos” o “abrazos” elevan nuestro estado de ánimo, haciéndonos sentir más alegre.
- Minimizan errores y evitan malentendidos en las conversaciones.
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