"Propuse danzas
armoniosas y lentas con ojos cerrados, y también danzas euforizantes a partir
de ritmos alegres que estimulaban la motricidad (….) se producían cambios
extraordinarios a diferentes niveles:
fisiológico, conductual y de adaptación al entorno…”A través de los siglos, hemos ido reduciendo cosas fundamentales para una vida feliz: respirar, caminar, comunicar nuestras emociones y sentimientos, compartir, amar, es decir, nos olvidamos de sentir. La Biodanza tan solo necesita despertar esas funciones innatas del ser humano, que están casi totalmente reprimidas en nuestra civilización y en nuestra escala de valores"
La Biodanza es un medio para el desarrollo de las cualidades
humanas, para integrar los potenciales de vínculo,
de armonía, de salud, y crear nuevas alternativas para la vida de cada uno.
Utiliza el movimiento, la música y la interacción grupal, en un enfoque
vivencial, con bases en las ciencias
naturales (biología, fisiología, etología). Se aplica tanto para quienes
quieren mejorar su calidad de vida, como para grupos especiales (ancianos,
niños, empresas, grupos de personas afectadas por dolencias específicas, y
otros).
Desde sus inicios, en los años 60, hasta hoy, la Biodanza se
ha extendido a casi todos los países del mundo. Actualmente existe una
fundación internacional “International
Biocentric Foundation”; las escuelas de biodanza con el método de Ronaldo
Toro están en casi todos los países y ciudades del mundo.
En la página http://www.biodanza.org/es/
podemos encontrar las escuelas y profesores en nuestra ciudad
En resumen, la base de esta técnica está en buscar la integración entre lo afectivo y el movimiento: nuestros actos deben tener un contenido afectivo, una dimensión emocional. Sentir una cosa, pero hacer otra, incluso contradictoria, sin coherencia existencial, es algo muy frecuente en nuestra sociedad, que provoca graves consecuencias por la falta de eficacia de esos actos, e incluso a nivel de salud física y menta
Ronaldo Toro fundamenta los efectos de la biodanza en 7 poderes. Cada uno de ellos tiene,
por sí mismo un efecto transformador, pero relacionados coherentemente
constituyen una fuente de factores positivos de extraordinarios efectos.
Los siete poderes de
la biodanza
1. EL PODER DE LA MÚSICA
“La música puede despertar distintas emociones: alegría, entusiasmo, erotismo, euforia, nostalgia, etc., las cuales, al ser danzadas, se transforman en vivencias”
Desde tiempos inmemoriales, el poder musical es conocido en todas las culturas. Ya hemos visto el empleo de la música por chamanes, monjes y danzarines sufíes para invocar las fuerzas de curación y el vínculo cósmico.
“La música puede despertar distintas emociones: alegría, entusiasmo, erotismo, euforia, nostalgia, etc., las cuales, al ser danzadas, se transforman en vivencias”
La investigación científica en “musicoterapia” y en “Psicología de la Música” confirma que la música no sólo se vincula con las áreas perceptivas de la sensibilidad y de la innovación, sino que posee poderes de transformación sobre plantas, animales y, en especial, sobre los seres humanos.
En Biodanza, la música es seleccionada para poder estimular los “ecofactores” relacionados con las líneas de vivencia.
La música orgánica, definida como aquella que tiene atributos biológicos como fluidez, armonía, ritmo, tono, unidad de sentido y efectos corporales, tiene el poder de inducir efectos corporales; la selección que se emplea en biodanza obedece a criterios semánticos, vivenciales y emocionales.
Seguidamente os presento un listado de algunas que se emplean en las sesiones de Biodanza, para acompañar determinados ejercicios y que también se utilizan en musicoterapia.
Insomnio:
Ø
Nocturnos de Chopin (op. 9 No. 3) (op. 15 No. 2) (op. 9 n.º 2), Ø
Preludio para la siesta de un Fauno de Debussy, Ø
Canon en Re de Pachelbel
Hipertensión:
Ø
Las cuatro estaciones de Vivaldi, Ø
Serenata nº13 en Sol Mayor de Mozart, Ø
Música acuática de Haendel, Ø
Concierto para violín de Beethoven, Ø
Sinfonía nº8 de Dvorak
Ansiedad:
Ø
Concierto de Aranjuez de Rodrigo, Ø
Las cuatro estaciones de Vivaldi, Ø
La sinfonía Linz, k425 de Mozart
Dolor de Cabeza:
Ø
Sueño de Amor de Liszt, Ø
Serenata de Schubert, Ø
Himno al Sol de Rimsky-Korsakov
Dolor de estómago:
Ø
Música para la Mesa de Telemann, Ø
Concierto de Arpa de Haendel, Ø
Concierto de oboe de Vivaldi
Energéticas:
Ø
La suite Karalia de Sibelius, Ø
Serenata de Cuerdas (op. 48) de Tschaikowsky, Ø
Obertura de Guillermo Tell de Rossini
Para la armonía en el
hogar:
Ø
Todo lo de Wolfang Amadeus Mozart
2. EL PODER DE LA DANZA
INTEGRADORA
“La música se
transforma en movimiento corporal, y el danzante entra en la vivencia y se
convierte en la propia danza”.
La biodanza posee un repertorio de ejercicios y danzas cuya finalidad es activar los movimientos humanos en forma armónica e integradora. No existen movimientos disociativos sino un conjunto de
ejercicios de integración sensorio-motora
y afectivo-motora. De igual forma existen otro conjunto de ejercicios formado
por danzas sencillas que estimulan vivencias de vitalidad, sexualidad, creatividad, afectividad y trascendencia.
De la combinación música-movimiento-vivencia se desencadenan
cambios sutiles en los sistemas límbico - hipotalámico, neurovegetativo,
inmunológico y neurotransmisores.
3. EL PODER DE LA
VIVENCIA INTEGRADORA
“La vivencia es la
sensación intensa de estar vivo “aquí-ahora”
y posee fuertes componentes corporales y emocionales. Tiene diferentes matices
emocionales, tales como euforia, erotismo, ternura, paz interior, etc., esto
contribuye a la expresión auténtica de la identidad”
En biodanza se induce a vivencias integradoras, capaces de superar las disociaciones que induce nuestra cultura.
La vivencia es diferente de la emoción, la emoción es una
respuesta a estímulos externos y desaparece cuando éstos cesan, la vivencia es
una experiencia que abarca la existencia completa, posee efectos profundos y
duraderos donde participa el organismo como totalidad e induce el sentimiento
de estar vivo, trascendiendo el ego. Es una experiencia “aquí-ahora”.
En nuestra cultura estamos acostumbrados a vivir en estados
de disociación psicosomática, es
decir, pensamos en algo, lo sentimos pero actuamos de forma diferente a como lo
sentimos. En nuestra existencia la unidad suele estar en crisis; es a través de
las vivencias cuando se perfeccionan la unidad neurofisiológica y existencial
del ser humano.
Estas vivencias nos permiten ser nosotros mismos, ya que las
intensas motivaciones instintivas y afectivas son inhibidas por patrones
culturales. El abordaje racional de nuestros conflictos no resuelve a fondo las
perturbaciones disociativas; tener conciencia de nuestros conflictos no
modifica el comportamiento. Es la vivencia de estar vivo, la percepción de
nuestro cuerpo y, en suma, la posibilidad de “ser honestamente nosotros mismos”
lo que permite una existencia integrada y saludable.
Por eso no se emplea el análisis de conflictos, sino que se
estimula la parte sana de nuestra identidad a través de vivencias intensas.
“La caricia es la poética del encuentro humano”
La conexión con las personas es esencial en todo acto de rehabilitación o curación, no existe crecimiento solitario, el contacto con otras personas es lo que permite el crecimiento.
La conexión verbal es insuficiente, es necesario el contacto, un contacto que conlleva un compromiso corporal dentro de un contexto sensible y sutil. La caricia, por lo tanto, no es solo contacto sino conexión.
Sobre los efectos terapéuticos y pedagógicos de la caricia, actualmente existen múltiples investigaciones científicas, se ha descubierto que el contacto valoriza y da continente afectivo a las personas. Sin embargo no basta el contacto, es necesaria la conexión, es decir que cualquier forma de vínculo físico esté movido por una fuerza afectiva sincera.
5. EL PODER DEL TRANCE O ESTADO ALTERADO DE LA CONSCIENCIA
5. EL PODER DEL TRANCE O ESTADO ALTERADO DE LA CONSCIENCIA
Los estados alterados de conciencia implican la disminución del ego y la regresión a lo primordial, a lo originario. Con los ejercicios de trance de la Biodanza se consigue un efecto de renovación biológica, porque volvemos a experimentar las sensaciones corporales que sentimos cuando éramos bebés, y las primeras necesidades de protección, nutrición y contacto. Muchos adultos llevan dentro de sí a un niño herido, un niño abandonado, la “reparentalización” permite curarlo en una celebración de este renacimiento.
“Con la biodanza podemos vivir una “experiencia suprema” descubriendo un nuevo sentido de la vida y la elevación del vínculo con la naturaleza, con otras personas y con nosotros mismo”.
La expansión de conciencia es un estado de percepción que se
caracteriza por restablecer el vínculo primordial con el universo; su efecto subjetivo es un sentimiento intenso de unidad
con uno mismo y con el cosmos, activando
los mecanismos de los neurotransmisores que existen en el organismo.
El acceso a la “experiencia suprema” requiere una
preparación previa así como un nivel superior de integración y madurez, la biodanza
induce estados de expansión de conciencia mediante músicas, danzas y ceremonias
de encuentro y a través de ejercicios de afectividad y trascendencia.
Los estados de expansión de conciencia tienen un efecto perdurable respecto al sentido de la existencia y al modo de ser en el mundo, y consisten en un éxtasis por toda la creación, sus bosques, animales y en especial las personas.
7. EL PODER DEL GRUPO
La forma de integración del grupo en Biodanza se diferencia radicalmente de la dinámica de grupo tradicional. La Biodanza no es un sistema de comunicación verbal, su poder está en la inducción recíproca de vivencias entre los participantes del grupo. Las situaciones de encuentro tienen el poder de cambiar profundamente actitudes y formas de las humanas.
En biodanza, el grupo proporciona las condiciones de protección, aceptación, autoestima y permisividad necesarias para que la persona se exprese con sinceridad en toda su dimensión, y constituye un campo de interacciones muy intenso.
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